Pese a que la mayoría de los exámenes radiológicos habituales
tienen poca probabilidad de ser peligrosos para el bebé, es importante
informarle al radiólogo si está o podría estar embarazada para que el
médico evalúe el riesgo/beneficio de realizar esta práctica en zonas
como el abdomen o la pelvis.
Cuando una mujer embarazada está enferma o lesionada, el médico debe
elegir los medicamentos y estudios con cuidado para evitar riesgos. Si
bien la gran mayoría de los exámenes radiológicos son inocuos para el
feto en desarrollo, existe una pequeña probabilidad de que causen una
enfermedad grave o alguna complicación.
En estos casos, el riesgo depende de la etapa del embarazo y del tipo
de radiación que se use en el estudio. En la etapa previa al implante
embrionario, los rayos X producen un efecto llamado del “todo o nada”,
“esto significa que el implante falle y no prosiga el embarazo, o por el
contrario, que se desarrolle normalmente sin ningún tipo de
consecuencias”, explicó el Dr. Jorge Yamil, jefe del Servicio de
Imágenes del Hospital Universitario Austral (HUA), y aclaró que “entre
las semanas 3 y 25 puede producirse una perturbación del desarrollo de
algunos órganos del embrión, dependiendo del momento de la exposición”.
El riesgo, ¿mito o realidad?
Datos
epidemiológicos indican los efectos adversos tienen más posibilidad de
ocurrir si la dosis de radiación es de entre 200 mGy y 1 Gy. Hay que
tener en cuenta que la dosis de radiación en una radiografía de abdomen
es de tan sólo 5 mGy y una Tomografía Computada en la misma zona es de
49 mGy.
Ante estos datos, “podemos concluir que el riesgo de incidencia de
los efectos adversos es bajo al compararlos con los de incidencia
espontánea, ya que todos estamos expuestos a la radiación natural del
medio ambiente. De todas formas, el criterio general es no exponer a una
mujer embarazada a radiaciones ionizantes”, comentó la Dra. Silvia
Fernández, encargada de Radiología General y Radioscopía del HUA. “Una
radiografía de tórax correspondería a 10 días de exposición a radiación
natural y una tomografía computada de abdomen y pelvis correspondería a 3
años de radiación natural”, ejemplificó la especialista.
De todos modos, el Dr. Yamil aconsejó que si una mujer se hizo un
examen radiológico estando embarazada y sin saberlo, debe avisar a
quienes se lo hicieron para que la contacten, de ser necesario, con la
oficina de Radiofísica Sanitaria del Ministerio de Salud de la Nación,
donde se encargarán las investigaciones necesarias a fin de elaborar un
informe sobre la posibilidad de que dicha práctica haya afectado al
embrión.
Distintas zonas del cuerpo
Los estudios
radiológicos de la cabeza, brazos, piernas y tórax en general no exponen
al bebé a los rayos X, aún así, el técnico que hace el examen deberá
tomar las precauciones necesarias para asegurarse de que no sea expuesto
directamente. Algunas mujeres necesitan exámenes del abdomen o de la
pelvis durante el embarazo. “Cuando es necesario, el médico puede
preferir ordenar otro tipo de examen, o tomar menos radiografías de las
que tomaría normalmente. Por lo tanto, es importante informarle al
médico o al técnico de rayos X sobre el embarazo antes de que se realice
la práctica para que la atención médica pueda ser planificada y se
reduzcan los posibles peligros”, advirtió el Jefe del Servicio de
Imágenes del HUA.
FUENTE: Hospital Universitario Austral
Contacto: Dr. Jorge Yamil: JYAMIL@cas.austral.edu.ar
Fecha de publicación: 02/02/2011